Mujer






La sorprendí jugando con su gata,
y contemplar causóme maravilla
la mano blanca con la blanca pata,
de la tarde a la luz que apenas brilla.

¡Como supo esconder la mojigata,
del mitón tras la negra redecilla,
la punta de marfil que juega y mata,
con acerados tintes de cuchilla!

Melindrosa a la par por su compañera
ocultaba también la garra fiera;
y al rodar (abrazadas) por la alfombra,

un sonoro reír cruzó el ambiente
del salón... y brillaron de repente
¡cuatro puntos de fósforo en la sombra!



Mujer y gata
Paul Verlaine




Gacela del amor desesperado








La noche no quiere venir
para que tú no vengas
ni yo pueda ir.

Pero yo iré
aunque un sol de alacranes me coma la sien.
Pero tú vendrás
con la lengua quemada por la lluvia de sal.

El día no quiere venir
para que tú no vengas
ni yo pueda ir.

Pero yo iré
entregando a los sapos mi mordido clavel.
Pero tú vendrás
por las turbias cloacas de la oscuridad.

Ni la noche ni el día quieren venir
para que por ti muera
y tú mueras por mí.

Federico García Lorca




Como agua sobre una piedra







A quien retorna en busca de su antiguo buscar
la noche se le cierra como agua sobre una piedra
como aire sobre un pájaro
como se cierran dos cuerpos al amarse

Alejandra P.





En algún lugar...






En algún lugar al que nunca he viajado, dichosamente mas allá
de cualquier experiencia, tus ojos guardan su silencio:
en tu más frágil gesto hay cosas que me arropan,
o que no puedo tocar por su cercanía

tu más sutil mirada fácilmente me descubre
a pesar de que me cierre como dedos,
tú me abres siempre pétalo a pétalo como la Primavera abre
(tocando hábilmente,misteriosamente) su primera rosa

o si tu deseo fuera el cerrarme, yo y
mi vida nos cerraremos hermosamente,repentinamente,
como cuando el corazón de esta flor imagina
la nieve cuidadosamente en todas partes descendiendo;

nada que podamos percibir en este mundo equipara
al poder de tu intensa fragilidad: cuya textura
me inspira con el color de sus campos,
interpretando muerte y eternidad a cada respiro

(yo no se que hay en ti que se cierra
y abre;solo que algo en mi comprende
que la voz de tus ojos es mas profunda que todas las rosas)
nadie,ni siquiera la lluvia, tiene manos tan pequeñas
.



E. E. Cummings




Elevación








Por encima de estanques, por encima de valles,
De montañas y bosques, de mares y nubes,
Más allá de los soles, más allá de los éteres,
Más allá del confín de estrelladas esferas,

Te desplazas, mi espíritu, con toda agilidad
Y como un nadador que se extasía en las olas,
Alegremente surcas la inmensidad profunda
Con voluptuosidad indecible y viril.

Escápate muy lejos de estos mórbidos miasmas,
Sube a purificarte al aire superior
Y apura, como un noble y divino licor,
La luz clara que inunda los límpidos espacios.

Detrás de los hastíos y los hondos pesares
Que abruman con su peso la neblinosa vida,
¡Feliz aquel que puede con brioso aleteo
Lanzarse hacia los campos luminosos y calmos!

Aquel cuyas ideas, cual si fueran alondras,
Levantan hacia el cielo matutino su vuelo
-¡Que planea sobre todo, y sabe sin esfuerzo,
La lengua de las flores y de las cosas mudas!-





Charles Baudelaire



hospes comesque corporis






Animula vagula, blandula
hospes comesque corporis,
quae nunc abibis in loca
pallidula, rigida, nudula,
nec, ut soles, dabis iocos.




Pequeña alma, vagabunda y tierna,
huesped y compañera del cuerpo,
¿hacia qué lugares irás ahora,
tú, pálida, inmóvil y desprotegida,
para no darme ya las diversiones que solías ofrecerme?



Publius Aelius Hadrianus (76-138)